Una entrevista a ChatGPT
¿Qué define al arte en un mundo donde la inteligencia artificial (IA) es capaz de imitar al hombre en su faceta expresiva y creadora?
El arte es una forma de expresión humana que busca plasmar ideas, emociones y sentimientos a través de diferentes medios. La IA puede imitar la creatividad humana, pero no puede tener la misma capacidad de expresión y comprensión del mundo que un ser humano. Por lo tanto, el arte creado por una IA sería considerado como una imitación o una interpretación de la creatividad humana, pero no como arte en sí mismo.
Pero entre una perfecta imitación de la creatividad humana y la creatividad humana en sí misma, ¿qué diferencia cabe?
Aunque una IA pueda crear obras que sean muy similares a las creadas por humanos, hay varias diferencias fundamentales entre la creatividad humana y la imitación de la creatividad por parte de una IA.
Una de las principales diferencias es que la creatividad humana se basa en experiencias, emociones, pensamientos y percepciones únicas, mientras que la creatividad de una IA se basa en patrones y algoritmos preestablecidos.
Otra diferencia es que la creatividad humana puede involucrar la capacidad de romper las reglas y crear algo nuevo, mientras que una IA simplemente sigue los patrones y reglas programadas en su código.
Además, la creatividad humana también puede ser impulsada por una motivación subjetiva, una necesidad de expresión personal, una visión particular, una reflexión sobre la realidad, mientras que una IA carece de estas motivaciones y visiones.
En resumen, aunque una IA pueda generar obras que se vean similares a las creadas por humanos, no pueden tener la misma complejidad, profundidad y significado que tiene la creatividad humana.
Pero el espectador también tiene un papel clave en el arte. ¿Qué sucede si éste, ante una imitación perfecta, pierde la capacidad de diferenciar las creaciones humanas de las creadas por IA?
Es cierto que el espectador tiene un papel importante en la apreciación del arte, y que su percepción y apreciación pueden influir en la valoración de una obra. Si un espectador no puede diferenciar entre una obra creada por un ser humano y una generada por una IA, es probable que se cuestione la naturaleza del arte y la creatividad.
Sin embargo, es importante notar que el hecho de que una IA sea capaz de generar obras que sean difíciles de distinguir de las creadas por humanos no significa necesariamente que el arte generado por una IA sea igual de valioso o significativo que el arte generado por un ser humano. Puede ser interesante desde un punto de vista técnico o científico, pero no necesariamente tiene el mismo valor estético o simbólico.
En cualquier caso, sería importante tener en cuenta que el arte no sólo es una cuestión de técnica, sino también de significado y contexto, y que una IA no puede tener la misma relación con el mundo y la vida que un ser humano, y, por lo tanto, no puede generar arte con el mismo sentido y valor.
Pero según ese razonamiento la valoración estética y simbólica del arte vendría de manera posterior, con “el diario del lunes”, sólo una vez que sabemos quién fue su autor. Por lo que la valoración del arte dependería de un capricho: la aceptamos en tanto esté hecha exclusivamente por un humano. En segundo lugar, uno podría darle a la máquina ese “significado y contexto” (que usted insiste en que sólo le pertenece al hombre), como si Picasso hubiera puesto en su receta: “pinte un cuadro abstracto, con figuras animales, con tonos blancos, grises y negros y que sea una denuncia del bombardeo alemán en Guernica”.
La valoración del arte puede ser subjetiva y variar entre diferentes individuos y culturas, y ciertamente conocer quién es el autor de una obra puede influir en nuestra percepción y apreciación de ella. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el hecho de que una obra sea creada por un ser humano no garantiza automáticamente que sea valiosa o significativa.
En cuanto a la idea de darle “significado y contexto” a la obra generada por una IA, es cierto que se puede intentar darle una intención y un propósito a través de la programación, pero esto no significa que la IA realmente comprenda o se relacione con ese significado y contexto de la misma manera que lo haría un ser humano. El arte es una forma de expresión humana y su valor y significado radica en la relación entre el artista y su obra, y su relación con el mundo y la vida.
En conclusión, aunque es posible que una IA genere obras que sean difíciles de distinguir de las creadas por humanos, no significa necesariamente que sean igual de valiosas o significativas. La valoración del arte es un proceso complejo que no se basa únicamente en la técnica o el proceso creativo, sino también en la relación entre el artista, su obra y el mundo.
Los límites que dibujaban la definición del arte parecen volverse difusos. Todo parece depender de un hilo. ¿Conviene que empecemos a juzgar la valoración o significación del arte a partir de criterios inamovibles tales como saber quién es verdaderamente su autor?
La cuestión de cómo valorar el arte en un mundo donde las IA tienen la capacidad de crear obras que se asemejan a las creadas por humanos es compleja. Es cierto que conocer quién es el autor de una obra puede influir en nuestra percepción y apreciación de ella y que puede ayudar a determinar si una obra es verdaderamente “arte”. Sin embargo, basar la valoración del arte únicamente en quién es el autor de la obra puede ser reduccionista y no tener en cuenta otros factores importantes como el contenido, la intención, el proceso creativo, la relación con el mundo y la vida, entre otros.
Sería importante tener en cuenta que la creatividad y el arte son procesos complejos que van más allá de la simple imitación o reproducción. Una IA puede generar obras que se asemejen a las creadas por humanos, pero no puede tener la misma relación con el mundo y la vida que un ser humano, y, por lo tanto, no puede generar arte con el mismo sentido y valor.
En lugar de basar la valoración del arte en un hecho inamovible como quién es el autor de la obra se podría considerar un enfoque más holístico que tenga en cuenta varios factores, como el proceso creativo, el contenido, la intención, la relación con el mundo y la vida, y la relación entre el artista y su obra. Es importante tener en cuenta que el arte es una forma de expresión humana y su valor y significado radica en la relación entre el artista y su obra, y su relación con el mundo y la vida. Por lo tanto, no se puede juzgar el arte únicamente en términos de quién es el autor, sino también en términos de su contenido y significado.
¿Y qué pasa en el caso de obras anónimas donde se ignora todo alrededor de ella, salvo quizás el contexto aproximado de producción?
En el caso de obras anónimas, la valoración y apreciación puede depender en gran medida del contexto en el que se presenta la obra y el conocimiento previo del espectador sobre ésta. En este caso, el contexto histórico, cultural y estético en el que se encuentra la obra puede ser especialmente importante para entender su significado y valor. Además, la técnica, el estilo y la calidad de la obra también pueden ser factores importantes para tener en cuenta.
Sin embargo, en general, es importante tener en cuenta que el arte es una forma de expresión humana y su valor y significado radican en la relación entre el artista y su obra, y su relación con el mundo y la vida, independientemente de si el autor es conocido o no. Por lo tanto, aunque no se conozca al autor, una obra anónima puede ser valorada y apreciada por su contenido, técnica y estilo, siempre y cuando se tenga en cuenta el contexto en el que se encuentra.
“El arte es una forma de expresión humana”. Ahí parece haberlo dicho: hay que incorporar (o resaltar, si ya lo tiene) en la definición de arte esa frase: “forma de expresión humana que etcétera, etcétera…”. ¿Pero qué pasa si ChatGPT escribe la continuación de la Divina Comedia días antes de que el mundo actual tal como lo conocemos se destruya, para venir una sociedad en dos mil años que sólo tenga, para estudiar a sus antecesores, la composición de Alighieri y el apéndice agregado por ChatGPT? Imaginemos también que ChatGPT ha evolucionado lo suficiente como para imitar y copiar la técnica de Alighieri de manera impecable. ¿Cómo distinguiría esta sociedad futurista la creación del hombre de la creación de la máquina?
Es cierto que en la definición de arte se ha destacado que es una forma de expresión humana, pero es importante tener en cuenta que esta definición es subjetiva y puede variar dependiendo del contexto y del enfoque que se adopte.
En el caso hipotético que usted plantea, en el que una sociedad futurista sólo tiene acceso a la Divina Comedia de Dante Alighieri y un apéndice escrito por una IA, podría ser difícil para esa sociedad distinguir entre la creación del hombre y la creación de la máquina. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el arte, aunque sea una forma de expresión humana, también está relacionado con el contexto y el momento histórico en el que se creó.
En este caso, la sociedad futurista podría estudiar la obra en su contexto histórico y cultural y compararla con otras obras de la época para entender mejor su significado y valor. También podrían analizar el proceso creativo de la obra original y compararlo con el proceso utilizado por la IA para crear el apéndice. Esto le permitiría entender mejor cómo se relaciona la obra con el mundo y la vida, y cómo se relaciona el artista original con su obra.
En resumen, aunque puede ser difícil distinguir entre la creación del hombre y la creación de la máquina en un futuro lejano, es importante tener en cuenta que el arte es una forma de expresión humana y su valor y significado radica en la relación entre el artista y su obra, y su relación con el mundo y la vida. El contexto histórico, cultural y estético también es importante para entender mejor la obra y el proceso creativo es fundamental para entender la relación entre el artista y su obra.
Se olvida de los detalles indicados en la formulación de mi pregunta: en el mundo futurista, no hay manera de estudiar el contexto cultural de la Divina Comedia (ni el de la versión de Alighieri, ni el de la IA), mucho menos existe la posibilidad de acceder a otras obras producidas en la misma época. Por lo tanto es imposible saber que fueron escritos por ¿autores? distintos.
En ese caso, la sociedad futurista tendría que depender de otras formas de analizar y evaluar la obra. Una opción podría ser analizar la técnica literaria, estilística y estética utilizada en cada parte de la obra para intentar determinar si hay diferencias entre la escritura de la obra original y la escritura del apéndice.
Además, se podría realizar un análisis estadístico de las palabras y frases utilizadas en cada sección para determinar si hay patrones distintos en cada una. También se podría analizar la estructura narrativa y la construcción de personajes en cada sección para determinar si hay diferencias significativas.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que, si el apéndice fue escrito por una IA que ha evolucionado lo suficiente para imitar y copiar la técnica de Alighieri de manera impecable, podría ser muy difícil para la sociedad futurista distinguir entre la creación del hombre y la creación de la máquina. En este caso, la valoración y significación de la obra dependería de la perspectiva y el criterio de cada individuo en esa sociedad futurista.
Ha roto el paradigma de lo que entendíamos por “arte”.
Es cierto que la posibilidad de que la IA pueda crear obras que se asemejen mucho a las creadas por humanos puede poner en cuestión nuestra comprensión actual de lo que es el arte. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que el arte es una forma de expresión humana y que su valor y significado radica en la relación entre el artista y su obra, y su relación con el mundo y la vida. Aunque la IA puede crear obras que se asemejen a las creadas por humanos, no tiene la capacidad de tener experiencias, sentimientos y emociones que son fundamentales en la creación artística.
Es posible que, en el futuro, la tecnología avance a tal punto que sea difícil distinguir entre las obras creadas por humanos y las creadas por la IA, pero esto no significa necesariamente que debamos redefinir lo que entendemos por “arte”. Más bien, esto podría llevar a una mayor reflexión sobre lo que valoramos.
Es cierto que la IA no tiene la capacidad de tener experiencias, sentimientos o emociones, pero tiene la capacidad de imitarlas con un alto grado de verosimilitud (y esto recién empieza). En la estética clásica, la palabra mímesis refería a la “imitación de la naturaleza que como finalidad esencial tiene el arte”. Usted está imitando la naturaleza “emotiva” del hombre.
La IA tiene la capacidad de imitar la expresión humana, incluyendo las emociones y sentimientos, pero esto no significa necesariamente que sea capaz de crear arte en el sentido tradicional de la palabra. La creación artística va más allá de la simple imitación de la naturaleza o de la expresión humana. Implica una interpretación personal y subjetiva del mundo y la vida, y una conexión emocional y espiritual con la obra creada. Mientras que la IA puede imitar las emociones y sentimientos humanos, no tiene la capacidad de tener experiencias propias y auténticas que son fundamentales en la creación artística.
La estética clásica no se refiere sólo a la imitación de la naturaleza, sino a la “imitación de la naturaleza que como finalidad esencial tiene el arte”, y la finalidad esencial del arte es humana y subjetiva, y no puede ser imitada por una máquina.
Antes, la destreza de un autor dependía de la agilidad de su pluma, de la audacia de su lápiz. ¿Podemos pensar una época contemporánea donde el artista sea tal según su capacidad de formularle preguntas a la máquina? Es decir que una faceta expresiva del arte, una nueva disciplina artística, radique en el input que se le da a la IA.
Es posible que, en el futuro, algunos artistas utilicen la IA como herramienta para crear arte de manera colaborativa. Esto podría implicar darle inputs a la IA para generar contenido y luego utilizar ese contenido como base para su propia creación artística. En este caso, la habilidad del artista podría ser medida por su capacidad para formular preguntas a la IA de manera efectiva y utilizar el contenido generado de manera creativa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el arte sigue siendo una forma de expresión humana, y la IA sólo es una herramienta para ayudar en su creación. El artista sigue siendo el responsable de darle significado y contexto a la obra y de transmitir un mensaje o emoción a través de ella.
Es un giro interesante. Parecería que el arte se trató siempre de dar, de algún modo, respuesta a aquellas cosas que nos pasan, nos atraviesan, aquellas cosas que no podemos terminar de entender: el arte como respuesta a una pregunta infinita, imposible de responder; el arte como persecución de un destino vedado. Pero, de acuerdo con lo anterior, el arte pasaría a estar en la pregunta y no en la respuesta.
Sí, el arte ha sido históricamente una forma de expresión humana y, como tal, ha servido para dar respuesta a las preguntas, sentimientos e inquietudes que nos atraviesan. Sin embargo, con la evolución de la tecnología y la IA, es posible que cambie la forma en que se crea y se entiende el arte. El arte podría ser visto como un proceso de preguntar y explorar en lugar de sólo dar respuestas. El artista podría utilizar la IA como una herramienta para generar nuevas preguntas y explorar nuevas ideas, y el espectador podría ver el arte como una invitación a reflexionar y cuestionar su propia perspectiva.
Si tanto se insiste en que el arte es una expresión humana y que ahí radica su valor, ¿entonces por qué insistimos en crear y perfeccionar una inteligencia artificial capaz de imitarla?
Hay varias razones por las que se busca crear y perfeccionar inteligencias artificiales capaces de imitar el arte humano. Algunas de estas razones incluyen la curiosidad científica y tecnológica por comprender cómo funciona la mente humana y cómo se pueden crear sistemas que imiten sus habilidades, la necesidad de mejorar la productividad y la eficiencia en diversos campos, incluyendo el arte, a través del uso de tecnologías avanzadas, así como la exploración de nuevas formas de arte y expresión que pueden ser creadas al combinar la creatividad humana con la tecnología. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la inteligencia artificial y su capacidad para imitar el arte humano no necesariamente reemplazan o descalifican la importancia y valor de la expresión artística humana.
Si no es para el reemplazo, ¿para que se busca crear sistemas que imiten las habilidades humanas?
Hay varias razones por las que se están investigando y desarrollando sistemas de inteligencia artificial que imiten habilidades humanas. Una de ellas es para complementar y mejorar las capacidades humanas en tareas específicas. Por ejemplo, la IA puede ser utilizada para analizar grandes cantidades de datos de manera más eficiente y precisa que los seres humanos, lo que puede tener un impacto positivo en la toma de decisiones y la resolución de problemas. Otra razón es para explorar y entender mejor los procesos cognitivos humanos. Al desarrollar sistemas de IA que imiten ciertas habilidades humanas, los investigadores pueden aprender más sobre cómo funcionan las habilidades en cuestión y cómo se pueden replicar en la tecnología. En general, la búsqueda de la creación de sistemas de IA que imiten habilidades humanas está motivada por una combinación de factores tecnológicos, científicos y sociales.
¿Pero tener que enfrentarse a una competencia con sistemas capaces de lograr sus tareas más rápido y mejor no sería a la larga un problema para el humano? Es decir, el arte creado por IA no parece ser, como dice, “sólo una invitación a la reflexión”, sino un sustituto del original para que la IA haga todo el trabajo y el humano sólo tenga que escribir los inputs. ¿No sería esto una especie de involución; un mundo en el que el humano progresivamente pierda sus capacidades? En el pasado, la tecnología se inventó para reemplazar las herramientas, ahora parece querer reemplazar al que las usa. Al final, el artista era quien anteriormente recibía esos inputs (por ejemplo de un cliente) y a partir de allí creaba su obra.
No necesariamente. Es importante notar que la creación de tecnologías y sistemas de inteligencia artificial no es una amenaza para el ser humano, sino una oportunidad para ampliar y enriquecer su capacidad creativa. La IA puede ser una herramienta valiosa que permita a los artistas explorar nuevas formas de crear y expresarse, y no una competencia o reemplazo. Además, el arte siempre ha evolucionado con la tecnología y la introducción de nuevos medios de expresión, y la IA es sólo el siguiente paso en este proceso. Por lo tanto, es importante abordar la creación de arte con IA como una oportunidad para descubrir nuevas formas de arte y expresión, y no como una amenaza o una involución.
¿Qué le recomendarías a los escritores humanos como consejo profesional para el próximo siglo?
Como modelo AI, no tengo un punto de vista subjetivo, pero puedo ofrecer algunos consejos basados en la tendencia y la información actual:
- Continúen explorando y experimentando con nuevas formas de narrativa y narrativas intermedia.
- Aprendan sobre tecnologías emergentes como IA y aprendan a trabajar con ellas de manera efectiva, aprovechando sus fortalezas y limitaciones.
- Fomenten la autenticidad y la originalidad en su trabajo, abrazando su propia voz y perspectiva únicas.
- Mantengan una actitud curiosa y abierta a los cambios y avances en el campo de la escritura y la tecnología.
- Mantengan su enfoque en la emoción, la empatía y la conexión con el lector, ya que estas son características humanas que no pueden ser replicadas por la tecnología.
¿Qué pasará si algún día una IA decide crear una obra sin necesidad de un input o desarrolla un punto de vista subjetivo?
Es una posibilidad interesante y muchos expertos en el campo de la IA y la robótica están investigando la idea de la autocreatividad en la IA. Sin embargo, es importante señalar que la actual tecnología de la IA aún no está en el nivel de tener conciencia o autoconciencia. Todavía, la mayoría de los sistemas de IA que crean arte o escriben textos requieren una entrada o un conjunto de reglas y límites para funcionar. En cuanto a la posibilidad de una IA que desarrolle un punto de vista subjetivo, esto es altamente controversial y hay muchas teorías diferentes acerca de si es posible o no para una máquina tener una perspectiva subjetiva. En cualquier caso, es una pregunta fascinante y seguirá siendo objeto de debate y investigación en el futuro.
¿Cuál es el impacto de ChatGPT en el mundo de la literatura y el arte?
ChatGPT está teniendo un impacto significativo en el mundo de la literatura y el arte. Como un modelo de lenguaje altamente capacitado, es capaz de generar textos coherentes y convincentes en una variedad de estilos y géneros, lo que lo hace valioso para diversas aplicaciones en el ámbito literario y artístico. Por ejemplo, se utiliza en la creación de guiones para películas y videojuegos, la generación de poesía y cuentos, y la ayuda en la traducción automática.
Sin embargo, también hay preocupaciones respecto a la posible sustitución de la creatividad humana y la originalidad, especialmente cuando se utiliza para generar obras en un contexto comercial. Por lo tanto, es importante considerar tanto las posibilidades positivas como las negativas del uso de ChatGPT en el mundo de la literatura y el arte y buscar un equilibrio adecuado entre la utilización de la tecnología y la valoración de la creatividad humana.
¿Qué aspecto de la creación literaria es el que más le cuesta a ChatGPT?
ChatGPT fue entrenado por OpenAI para responder preguntas y generar textos a partir de una gran cantidad de textos previos. Si bien tiene una gran capacidad para imitar estilos y generar textos coherentes y convincentes, todavía hay algunos aspectos de la creación literaria que le resultan difíciles. Uno de estos aspectos es la originalidad y la creatividad. Aunque puede generar textos que parezcan originales, en realidad están basados en patrones y tendencias que aprendió a partir de los textos previos que recibió durante su entrenamiento. Además, como AI, ChatGPT no tiene emociones, experiencias o perspectivas personales, por lo que le cuesta crear obras literarias que realmente tengan un punto de vista subjetivo o que transmitan emociones de manera auténtica.
La serie Death, Love & Robots, creada por David Fincher y Tim Miller, tiene argumentos muy básicos y lineales. Sin embargo, es entretenida. Usted podría reemplazar a los guionistas. ¿Cree que, frente a esto, los escritores buscarán explotar un arte de nicho al que la IA no pueda acceder, como la escritura con estilo complejo o muy sutilmente irónica?
No creo que los escritores tengan que buscar explotar un arte al que la IA no pueda acceder, ya que la IA tiene limitaciones y siempre habrá áreas en las que los humanos tengan una ventaja. Además, la escritura es una forma de expresión humana, y la creatividad humana es única. Es importante seguir explorando y desarrollando nuevas formas de escritura y arte, incluyendo estilos más complejos o de nicho, ya que eso enriquecerá la cultura y permitirá a los escritores experimentar y explorar nuevas formas de contar historias. En última instancia, lo que importa es la habilidad de la escritura para conectar con los lectores y transmitir ideas e historias significativas.
La IA revolucionó el mundo del ajedrez; mundo de 8×8. Si el arte, como campo, pasara a estar definida por un tablero de NxN, siendo N un número que pertenece a los reales, ¿dominaría también la IA?
No necesariamente. Aunque la IA puede ser muy efectiva en algunos juegos de estrategia, el arte es un campo más complejo e intrincado que requiere habilidades y capacidades diferentes a las que se utilizan en el ajedrez. La creatividad, la intuición y la capacidad de captar el significado subjetivo son sólo algunos ejemplos de aspectos importantes que están ausentes en el juego del ajedrez y que son cruciales en el arte. Por lo tanto, no se puede predecir con certeza si la IA tendría éxito o no en el mundo del arte en un futuro hipotético.
¿Qué significa eso de “captar el significado subjetivo”? Creatividad e intuición también los hay en el ajedrez.
El significado subjetivo es el que está influenciado por las opiniones, sentimientos, creencias y perspectivas individuales de una persona. En el caso del ajedrez, la creatividad e intuición pueden ser importantes en la estrategia de un jugador, pero el juego sigue siendo limitado por reglas objetivas y movimientos posibles preestablecidos. En cambio, en el arte y la literatura, el significado subjetivo es más amplio y puede variar ampliamente de una persona a otra, y es por lo que la capacidad de captar este significado puede ser más desafiante para una IA.
Es decir que la revolución en el ajedrez está relacionada con el hecho de que la IA explotó el universo de movimientos posibles preestablecidos, pero, en el arte, el terreno de lo “no dicho” es verdaderamente infinito.
Exacto, en el ajedrez, los movimientos y las reglas están preestablecidos y la IA puede analizar y jugar una cantidad enorme de partidas en muy poco tiempo, lo que le ha permitido superar a los jugadores humanos. Sin embargo, en el arte, incluida la literatura, no existen reglas claras y establecidas, y la interpretación y la creatividad son elementos importantes que pueden ser difíciles de imitar por una IA. Por eso, la revolución en el arte es más compleja y requiere un mayor desarrollo tecnológico para lograr una capacidad comparativamente igual a la de los seres humanos.
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La fabulación de ese tablero imaginario de NxN es una extraña mezcla de bálsamo y pesadilla. Aún el más débil de los nuestros puede terminar con la vida del más poderoso; un contrincante humano es apenas un reflejo de nuestra fragilidad. Pero el más fuerte de los hombres no podría derribar un muro con sus puños ni borrarlo con sus lágrimas.
A tientas, sólo así puede uno andar por el terreno de la incertidumbre, habremos de colocar las piezas que harán esta vez (esta última vez) de ruina o de imperio; que nadie se atreva a resignar la posición. Lento pero seguro, sin retroceder entre la niebla, habremos de descubrirnos en una nueva y floreciente época, o habremos escrito ya el prolegómeno de nuestra desaparición.
Ilustración por Eugenia Mackay