Hubo algo que en algún momento se rompió o nos lo rompieron a golpes. Lo excepcional, lo extraordinario, el acontecimiento que esperábamos que cambiara para siempre el curso de nuestro destino yace en una pila de escombros con el resto de nuestras fantasías. AntiZeitgeist surge como respuesta a esas fantasías, las de los tiempos felices —porque AntiZeitgeist se rehúsa a entregarlas— y las terroríficas —para saltar detrás de sus estructuras y desbaratarlas, para mostrar su contradicción—. Pero AntiZeitgeist sólo opera con un único método: el de la verdadera literatura.
Murmurando por pasillos de durlock y tubos fluorescentes una literatura entre líneas (entre las líneas que escribe la vida y las circunstancias), de a poco y en secreto, tejimos una red de contrabando, una resistencia de dos para aguantar las dinámicas y caminos obligados (y alabados) del mundo actual y para enfrentarse también a la carrera corporativa que se ha construido alrededor de la Literatura. Contra todo esto, y a los golpes, establecemos:
- Una literatura rabiosa, entre la rabia por desviar el curso de nuestra suerte.
- Una literatura por arrebatos, entre los arrebatos por corregir lo que hoy llaman “Literatura”.
- Una literatura que no retrocede, porque prescinde de la estrategia y del miedo.
- Una literatura que no puede ser comprada, porque sus autores no viven de la literatura.
- Una literatura acorralada, porque tiene una personalidad complicada y la acorralaron para eliminarla.
- Una literatura implacable, porque cercada por la hostilidad luchará hasta el fin.
- Una literatura, por último, que es apenas un destello de literatura, que se dispara entre las sombras de esta época y contra las sombras de esta época. Una literatura, por ende, que está llena de sombras.