Una cartografía de la revolución digital: The Game, de Alessandro Baricco

En tiempos de ChatGPT, The Game, de Alessandro Baricco, reaparece como una lectura más que necesaria, indispensable.

Y es que buscando reducir mi ansiedad ante la inminente aparición de más y mejores herramientas que parecen encaminar nuestra sociedad rumbo a la digitalización completa, me topé con este ensayo que había condenado indefinidamente a la lista “por leer” y que ahora puedo describir como una guía fundamental para sobrevivir, comprender y dominar esta insurrección digital. 

A quienes como yo, todavía intenten ejercer un poco de resistencia ante un escenario que se nos presenta con tintes distópicos, la lectura los enfrentará con una serie de contradicciones que, aunque bien no representan la respuesta a todas las preguntas, abre un abanico de posibilidades con un recuento histórico que nos permite recordar algo simple pero esencial: se trata de un proceso irreversible y ante todo inevitable.

Se trata de una detallada cartografía que entiende que antes de poder descifrar este mundo “nuevo” en el que vivimos es necesario saber cómo llegamos aquí. Y que, mientras, reconstruye un par de conceptos elementales en el camino.

Leer a Baricco —un autor que es, sin dudas, un integrado radical como lo demostró en Los bárbaros (2006)— en 2023, cuando la inteligencia artificial parece habernos dado vuelta el tablero de nuevo, es como mínimo un ejercicio interesante. A pesar de haberse publicado en el 2018, mucho antes de esta última explosión del “juego”, Baricco parecía adivinar perfectamente lo que venía, anticipar esta nueva dicotomía entre apocalípticos e integrados, jugadores expertos o por inercia versus la resistencia.

Desde el principio se planta ante aquellos que ven en la tecnología la decadencia de una extraña involución y explica las bases, las raíces, de esto que se nos presenta ahora como una especie de nueva civilización.

Porque sí, este “juego” cuyo camino comienza con la creación de la web, para Baricco es mucho más que una simple revolución tecnológica y más que un hito importante en la historia como podría ser, por ejemplo, la invención de la imprenta, sino que pasa a convertirse en una revolución mental que transforma también el pensamiento de los hombres como lo fue en su momento el Humanismo o la Ilustración. Se trata de un giro espectacular que se ha extendido hasta estos días, la transformación hacia un humano que ahora vive y transita en una dualidad —que Baricco llama “ultramundos(el real y el virtual)— y que no ha dejado, ni dejará, de transformarse.

Más allá del discurso típico de la tecnología como un mar de oportunidades, este libro es más bien una radiografía que estudia en detalle no tanto lo que podríamos lograr con ella, ni siquiera en qué tipo de humano nos ha convertido, sino qué humano fue el que necesitó de todo esto y cómo fue qué llegamos allí.

Sostiene la hipótesis de una generación en fuga que, buscando derribar las estructuras que la condenaron a un presente lleno de tragedias (siglo XX), generó casi sin quererlo un esencial cambio de paradigma. Deseando un mundo “libre” de elites o mediadores, un mundo en perpetuo movimiento, una humanidad realmente aumentada de acceso democrático, descubrió el camino en el que ahora nos encontramos y en el que el retroceso o la pausa no es una opción.

No es ciego ante interrogantes que continúan hoy latentes como ¿podremos seguirle el ritmo a nuestra expansión? ¿Estamos perdiendo la humanidad ante la artificialidad y la superficialidad? ¿En dónde está eso que conocemos como “el alma” de las cosas?

Para Baricco, la respuesta está en dibujar este mapamundi a la inversa de nuestros miedos, mirar aquello que siempre fue considerado subterráneo. Si bien no es la solución definitiva, para el momento en el que fue escrito no es menos que un gran intento.

En este recorrido por los Space Invaders, el hipertexto, la World Wide Web, las PC, Amazon, los iPhones, eBay, Netflix, Twitter, Facebook, WhatsApp y Spotify, lo importante es el “hombre nuevo” que necesitó de todo esto en su mundo, es la causa y el efecto, el origen y el destino. De allí pasamos a convertirnos en lo que desde entonces se conocía como humanidad aumentada, de pensamientos no lineales al igual que sus tecnologías, de una postura hombre-teclado-pantalla que representa toda una nueva forma de ver el mundo y que se perfecciona, hasta integrarse de forma lúdica en la palma de nuestras manos para pasar a ser una extensión de nosotros mismos, bajo la ligereza del movimiento que nos deja esta “tierra prometida” en oposición a la terrible y nada dinámica inamovilidad del pasado.

Pero incluso contra aquellos con esa intuición de que el “juego” significará algo como la pérdida del alma del mundo y de la nobleza de la experiencia humana, Baricco parece tener una respuesta. El autor italiano insiste en que para aquellos que sepan aprovecharlo, el juego no significa perder lo que llama —la vibración— y que sólo produce una experiencia en el mundo real. 

Esa vibración es el movimiento en el que la realidad se pone a resonar, es el desenfoque en el que la realidad asume el aliento de un sentido, es la dilación en la que la realidad produce misterio: y es por tanto el lugar, el único, de cualquier experiencia auténtica. No existe auténtica experiencia sin esa vibración. 

El alma ha vuelto para quienes sepan habitar en la posexperiencia y usarla para ir más allá de los límites. Pero esto al final es caótico, desordenado, disperso, inestable y explosivo. “La experiencia era un gesto, la posexperiencia es un movimiento. Los gestos llevan el orden al mundo, los movimientos lo desestabilizan”. ¿Qué hacer ante este escenario que presenta cada vez más dudas?, ¿ante un juego que no todos saben jugar con destreza y que el propio mundo cuyas instituciones aún pertenecen al siglo pasado poco hacen por contribuir a convertirnos en jugadores expertos? ¿Cómo avanzar con confianza en el tráfico entre realidad y ultramundo, líquido, fugaz, instantáneo y —lo que nos genera más dudas— cada vez más imperceptible?

Igualmente se atreve a mencionar lo cuestionable de estos avances: ¿cómo un sistema que se creó para redistribuir el poder culmina concentrándolo en las grandes corporaciones que hoy todos conocemos?, ¿qué ocurre con nuestros datos, con la violación de nuestra privacidad?, ¿cómo la riqueza terminó distribuida del modo más asimétrico posible si la revolución digital comenzó con el fin de eliminar castas y élites?, ¿cómo el monopolio de la distribución termina eliminando prácticamente a los creadores (y eso que todavía no había llegado esta nueva inteligencia artificial mejorada)? Para Baricco, esto no es más que la deformación, también inevitable, de la cultura del Game y ante el cual la gran pregunta es, evidentemente, cómo recuperar el equilibrio.

Lo que Baricco califica como una “esquizofrenia controlada” común en una fase avanzada como la actual, corresponde a quienes están técnicamente alineados al “juego” (usan sus herramientas) pero son mentalmente disidentes. Personalmente, considero que, quizás, sabemos que es ya muy tarde para detenerse o elegir no participar. Es imposible y absurdo oponerse al movimiento, pero algo nos dice que el rumbo que está tomando podría no ser el correcto y, quizás, este último paso en la IA podría estar cerca de demostrarlo. Hacia el final de su libro, Baricco resalta lo mucho que el juego necesita el humanismo y por qué necesitamos seguir sintiéndonos humanos. Lo dice claramente, es necesario “terminar de construir el Game de una manera que sea adecuada para los seres humanos” y asegura que se está trabajando para corregirlo. En la actualidad, ¿podríamos considerar eso cierto?

Con la invención de la inteligencia artificial se abre un nuevo capítulo del juego, ante el que Baricco no se atreve a hacer pronósticos en su libro.

Sea lo que sea que nazca de la inteligencia artificial, los humanos empezaron a construirlo hace años, cuando aceptaron el pacto con las máquinas, aceptaron la postura cero, digitalizaron el mundo para que pudiera ser elaborado por inmensas potencias de cálculo, prefirieron las herramientas a las teorías, dejaron a los ingenieros el timón de su liberación, surcaron los mares del ultramundo, acogieron la promesa de una humanidad aumentada, repudiaron las élites que les habían enseñado a morir, aceptaron el peligro del campo abierto, eligieron la paz, y olvidaron el infinito. Sembraron, están cosechando, seguirán cosechando. En la recompensa de frutos que a menudo nunca antes han visto, mitigan la insidia de la nostalgia y el eterno retorno del miedo.

One thought on “Una cartografía de la revolución digital: The Game, de Alessandro Baricco

  1. Parecería “imprescindible” para quienes, como yo, nos sentimos un tanto apocalípticos pero queremos integrarnos. Gracias por tu lúcida crítica de un libro que necesito leer para no caer en el abismo de la desesperación y el miedo a las nuevas reglas.

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